domingo, 18 de abril de 2010

La Ciudad De Los Pozos

No hay nada mejor para explicar las cosas que un buen cuento.Este texto se lo robé a una amiga después de hablar sobre prioridades y agradecí encontrarme con él, tras una recomendación. Al leerlo no pude evitar remover por dentro de mi pozo.No encontré gran cosa ,pero ahora que toca crecer, es útil tener una guía para saber en que dirección hacerlo, si a lo ancho y material o a lo profundo y personal.


Aquella ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta.
Aquella ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes... Pero pozos al fin. Los pozos se diferenciaban entre sí, no sólo por el lugar en el que estaban excavados, sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y otros más pobres, con simples aguj
eros pelados que se abrían en la tierra.

La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias corrían rápidamente de punta a punta del poblado.

Un día, llegó a la ciudad una "moda" que seguramente había nacido en algún pueblecito humano.

La nueva idea señalaba que todo ser viviente que se preciara debería cuidar mucho más lo interior que lo exterior. Lo importante no era lo superficial sino el contenido.

Así fue como los pozos empezaron a llenarse de cosas.

Algunos se llenaban de joyas, monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte, fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente, los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.

Pasó el tiempo.

La mayoría de los pozos se llenaron hasta el punto que ya no podían incorporar nada más.

Los pozos no eran todos iguales, así que, si bien algunos se conformaron, otros pensaron que debían hacer algo para seguir metiendo cosas en su interior...

Uno de ellos fue el primero. En lugar de apretar el contenido, se le ocurrió aumentar su capacidad ensanchándose.

No pasó mucho tiempo hasta que la idea empezó a ser imitada. Todos los pozos utilizaban gran parte de sus energías para ensancharse para poder hacer más espacio en su interior. Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas que se ensanchaban desmedidamente. Él pensó que si seguían ensanchándose de aquella manera, pronto se confundirían los bordes de los distintos pozos y cada uno perdería su identidad...

Quizás a partir de esa idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia los más profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho. Pronto se dio cuenta de que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Sí quería ser más profundo tenía que vaciarse de todo contenido...

Al principio tuvo miedo al vacío. Pero luego, cuando vio que no había otra posibilidad, lo hizo.

Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, miestras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...

Un día, algo sorprendió al pozo que crecía hacía adentro. Dentro, muy adentro y muy en el fondo... ¡encontró agua!

Nunca antes otro pozo había encontrado agua.

El pozo superó su sorpresa y empezó a jugar con el agua del fondo, humedeciendo sus paredes, salpicando sus bordes y, por último, sacando el agua hacia fuera.

La ciudad nunca había sido regada más que por la lluvia, que de hecho era bastante escasa. Así que la tierra que rodeaba al pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar.

Las semillas de sus entrañas brotaron en forma de hierba, de tréboles, de flores y de tronquitos endebles que se convirtieron en árboles después...

La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo, al que empezaron a llamar <>.

Todos le preguntaban cómo había conseguido aquel milagro.

-No es ningún milagro-contestaba el Vergel-. Hay que buscar en el interior, hacia lo profundo.

Muchos quisieron seguir el ejemplo del Vergel, pero desestimaron la idea cuando se dieron cuenta de que para ser más profundos tenían que vaciarse. Siguieron ensanchándose cada vez más, para llenarse de más y más cosas...

En la otra punta de la ciudad , otro pozo decidió correr también el riesgo de vaciarse...

Y también empezó a profundizar…

Y también llegó al agua...

Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo...

-¿Qué harás cuando se termine el agua? -le preguntaban.

-No sé lo que pasará –contestaba-. Pero, por ahora, cuanta más agua saco, más agua hay.

Pasaron unos meses antes del gran descubrimiento.
Un día, casi por casualidad, los pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma...

Que el río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro.

Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida.

No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto.

Habían descubierto la comunicación profunda que sólo consiguen aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser que tienen para dar...


Jorge Bucay
“Cuentos para pensar”

viernes, 16 de abril de 2010

Un ensordecedor silencio




Recuerdo el momento de estar allí arriba.Preparar el salto mortal no es tarea fácil y menos cuando te das cuenta que las piernas flaquean y el corazón se acelera. Allí estoy, despertando del letargo, emocionado y asustado. Que mejor lugar que una cumbre, el zenit de un terreno montañoso para coger aire, impulso y lanzarse al vacio...un vacio completamente lleno de vida.

Necesitaba un tiempo para estar rodeado de ese entorno del cual venimos y al cual morimos.Recorrer los senderos es algo que siempre apasiona, no tanto por el fin si no por lo ocurrido en el camino.El final no es mas que una cima o un rio que fluye con un agua helada, sin embargo el camino es una conversación íntima , prestar el cayado a un gran amigo para que él también observe todo el horizonte que tiene por delante, algunas sonrisas y sobretodo avanzar.

Penyagolosa se erigía tímida aquel viernes, esperando tal vez la visita de "Bufanuvols", a la cual debía mostrarse con sus mejores recursos. Toda la gente que subia y bajaba desde la falda, tal vez buscando las cosquillas a la montaña, era bien recibida tras el saludo de nuestro querido amigo. No sé muy bien si era más la satisfacción por demostrar que podíamos ayudarle a subir o su propia ilusión por alcanzar la meta.El caso es que lo logramos y al vino y el queso le siguió la conversación. Aquella noche volví a sentirme pequeño, solo con alzar la vista y mirar la cantidad de luces que nos observaban a millones de kilometros. Fuera la voluntad o los resultados, el fuego se fué apagando y el tiempo, si es que en algun momento ha existido, avanzó.
Sentí pena al marcharme, sobretodo con la llegada de aquellas personas que te hacen sentirte como en casa, con las que compartir momentos e historias se transforma en un pasatiempo adictivo.

No tardé en volver allí...siempre se vuelve a los lugares con los que estamos en deuda y con rostros nuevos retorné a aquel lugar donde aprovechar el estruendoso silencio para poder gritar.Aquella vez fué diferente, pues ahora tocaba descender a lo profundo para después asumir el esfuerzo del regreso.Poder compartir el frio gélido de aquel rio fue una gran experiencia.Un bastón de caminante,un bañador, una firma en el libro de registro, la ausencia de mantas y esterillas,una partida de parchis, una sidra para dos...recuerdos que guardar en el cajón, tal vez mas ordenado y seguramente mas mio.

jueves, 8 de abril de 2010

Esperar...

De vuelta de todo...De repente aparezco en un cruce de caminos, una parada de metro a varios niveles, una mochila a cuestas que cada vez pesa mas y mas y no hay mapa ni brújula que indique que camino o que tren debiría escoger...
Me siento, hago un amago de comenzar la aventura pero no hay senderos abiertos, espero...Sé que tarde o temprano aparecerá mi porvenir en algún recóndito lugar. En el cartel de cerrado aparece una indicación que reza:" cerrado por derribo, disculpen las molestias" y no queda otra que esperar.Es esa espera espesa, que nubla y ciega un horizonte que hoy se antoja vertical. Mientras, en el cruce, trato de amueblarme, de desmontar los castillos que un dia construí concienzudamente en el aire y que hoy toca cargarlos sobre mis hombros.
Así que aquí estoy, sentado sobre una piedra puntiaguda con mis billetes para Shangri-la, haciendo y deshaciendo lo que se debe, en un metro cuadrado de vida.
Quizás guarde mi salvoconducto en mi cajón de sastre, esperar y tratar que ese cajón no acabe por juntar las 2 palabras siguientes. Es, al fin y al cabo lo que me queda, las pequeñas cosas: fotos, cartas, conversaciones, libros, sueños...
Hoy toca olvidar palabras como tal vez, si yo hubiera,por qué,....hoy charly sí hace surf ,aunque el cielo descargue una jauría de infortunios que nadie es capaz de controlar y que son la causa por la cual seguimos viviendo, seguimos de vuelta,... esperando encontrar nuestra particular Shangri-La.